Esta receta va dedicada a Enrique, que tuvo que volver de Brasil antes de lo previsto y que siente mucha nostalgia de aquel país y de sus gentes. El feijao preto o frijol negro era uno de sus habituales alimentos durante su viaje. Hoy le traigo un pedacito de Brasil a casa.
Nunca había cocinado esta legumbre. De hecho, nunca la había probado. Como no tenía ingredientes para hacer una auténtica Feijoada, he improvisado un guiso con lo que tenía a mano. Esto es, cebolla, pimiento verde, costilla de cerdo y frijoles negros.
El resultado ha sido del agrado de Enrique, por lo que el objetivo se ha cumplido, a pesar de que el aspecto de este guiso no es muy bueno…
Os explico su elaboracion, muy sencilla, pero que requiere de varias horas.
Lo primero que haremos será poner en remojo los frijoles en agua fría durante un mínimo de 12 horas.
A la hora de preparar el guiso, elegiremos una olla profunda. Pondremos un poco de aceite de oliva y añadiremos la costilla de cerdo. A fuego vivo, para que se tueste bien por fuera. Mientras se va haciendo la carne, cortaremos dos cebollas blancas en brunoise no demasiado fina. Haremos lo mismo con dos pimientos verdes. Añadiremos la verdura a la cazuela y removeremos bien. Salpimentaremosal al gusto.
Dejaremos que la verdura se vaya haciendo a fuego vivo.
Cuando nos parezca que la verdura ya se ha pochado, añadiremos los frijoles y cubrimermos con agua.
Salaremos otra vez y dejaremos a fuego medio hasta que los frijoles estén tiernos. Yo los he dejado dos horas y media. Es importante no poner el fuego demasiado alto para que la legumbre no se rompa. Que hierva lentamente.
Si vemos que nos va faltando líquido y que a los frijoles aún les falta cocción, taparemos la cazuela y así frenaremos la evaporación del agua.
Como siempre, dejaremos reposar el guiso un par de horas antes de servirlo.
Ingredientes para cuatro personas
200 gris de frijoles negros
500 gris de costilla de cerdo troceada
2 cebollas blancas
2 pimientos verdes italianos
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Agua
No hay nada que se te ponga por delante. Yendremos que probarla
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