Hoy preparamos una tarta salada de calabaza, solución ideal para una cena ligera.
Puede prepararse dulce (como postre) o salada (como entrante o plato principal si es la cena). Todo dependerá de si añadimos azúcar en su elaboración o una pizca de sal. Yo he optado por la segunda opción, la salada.
Empezaremos por forrar el molde en el que vamos a preparar el pastel con papel de horno. Sobre éste, extenderemos la masa brisa. Y sobre la masa brisa, las pipas de calabaza. Reservaremos.
Ahora vamos preparar el relleno. En un bol, echaremos 4 huevos. Batiremos. Añadiremos 250 ml. de leche evaporada, una cucharadita de canela, rallaremos un poco de jengibre fresco (2 cm. aproximadamente para que no pique). Mezclaremos bien todos los ingredientes. Reservaremos.
Envolveremos la calabaza (una vez pelada) en papel de aluminio y la introduciremos en el horno a 200 º C durante 30 minutos para que quede cocida. Una vez cocida, la trituraremos.
Introduciremos en el vaso de la batidora la calabaza junto con la la mezcla que guardábamos en el bol (los huevos y la leche evaporada). Trituraremos hasta obtener una crema fina. Salaremos al gusto.
Verteremos la crema en el molde forrado con la pasta brisa y lo introduciremos en el horno a 180 ºC durante 20 minutos.
Transucrrido este tiempo, lo sacaremos del horno y esperaremos a que se temple para desmoldar.
Ingredientes para 4 personas
600 grs. de calabaza
250 ml de leche evaporada
4 huevos
1 cucharadita de canela molida
Jengibre fresco
Pipas de calabaza
1 lámina de masa brisa
Sal