Si os gusta la combinación de los sabores dulces y salados, os encantará esta sencillísima tarta. Su elaboracion es prácticamente la misma que la tradicional tatin de manzana, simplemente cambiaremos los ingredientes.
En primer lugar, cortaremos los calabacines en rodajas de medio centímetro, aproximadamente.
Elegiremos un molde redondo especial para tartas saladas, de teflón o de silicona. No os recomiendo que sea de pirex, porque es menos antiadherente y se nos puede pegar el calabacín.
En la base del molde colocaremos las rodajas de calabacín hasta cubrirlo por completo. Sobre el calabacín, colocaremos las rodajas de queso de cabra, cubriendo, también, toda la superficie. Yo no suelo salar los calabacines porque el queso de cabra es bastante salado.
Una vez hayamos dispuesto la capa de calabacín y de queso, cubriremos el molde con una lámina de hojaldre. Tendremos la precaución de cerrar los bordes de la masa, introduciéndola bien pegada a los bordes del molde.
A continuación, batiremos un huevo y, con ayuda de un pincel, pintaremos el hojaldre. Por último, pincharemos el hojaldre con un tenedor.
Introduciremos el molde en el horno, que tendremos a 200°C, y lo dejaremos hasta que el hojaldre esté dorado.
Una vez extraído del horno, dejaremos que se temple. Colocaremos una fuente o plato de diámetro superior al del molde y daremos la vuelta a la tarta, de manera que el hojaldre quede en la base y el calabacin a la vista.
Por último, sólo queda espolvorear con orégano o la hierba que más nos guste. Serviremos templada.
Ingredientes
Calabacín
Queso de Cabra en rulo
1 lámina de hojaldre
1 huevo
Orégano ( o cualquier otra hierba)