Esta es una buena manera de terminar los restos de hortalizas y verduras que nos quedan en la nevera, con los que no sabemos qué hacer y que no queremos que se estropeen. Podemos utilizar las verduras que queramos, las que más nos gusten o las que tengamos más a mano. Yo suelo prepararlo con cebolla (que me parece imprescindible en cualquier receta), calabacín, pimiento rojo y pimiento verde italiano. Pero podemos añadir zanahoria, berenjena, tomate… Lo que queramos.

Cortaremos en brunoise las verduritas y las incorporaremos a una sartén antiadherente con un poco de aceite. Haremos las verduritas a fuego medio para que no se quemen. Salaremos. Iremos removiendo para asegurarnos que se hacen todas las verduras por igual . Cuando estén al dente, añadiremos el curry. La cantidad dependerá del gusto de cada cual.

Seguiremos removiendo y dejaremos la sartén en el fuego hasta que las verduras estén tiernas.

Por otro lado, iremos preparando el cous-cous. En una cazuela mediana, pondremos agua a hervir con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. La cantidad de agua dependerá de la cantidad de cous-cous que queramos hacer. Será distinto si vamos a tomar el cous-cous como guarnición o como primer plato, o si lo tomamos a la hora de comer o por la noche. Mediremos la cantidad de agua, ya que deberemos utilizar la misma cantidad de agua que de cous-cous. Para cuatro personas, la cantidad suele ser 250 grs. de cous-cous. Una vez el agua hierva, añadiremos el cous-cous, espolvorearemos un poquito más de curry, apagaremos el fuego, taparemos la cazuela y esperaremos 3 minutos.

Pasado estos 3 minutos, removeremos bien el cous-cous para que quede suelto y no apelmazado.

Por último, mezclaremos el cous-cous con las verduritas. Serviremos caliente.