La combinación de tomate y albahaca fresca siempre me ha gustado, incluso más que la de tomate y orégano. Será porque a la albahaca le tengo un cariño especial por razones personales…

Para preparar esta tarta podemos utilizar masa de hojaldre o masa brisa. Yo me he decantado por la masa brisa.

Extenderemos la lámina de masa brisa sobre un molde para tartas o quiches, que previamente habremos forrado con papel sulfurizado.

Tendremos el horno precalentado a 180 °C. Lo primero que haremos será hornear la masa durante 7 o 8 minutos para que la base quede un poco cocida y no nos quede cruda después del horneado final.

Transcurrido este tiempo, sacaremos el molde del horno.

Cortaremos los tomates a gajos (6 gajos por tomate)  y los iremos colocando directamente sobre la masa medio horneada. Salpimentamos al gusto.

Es importante dejar un círculo exterior del molde sin rellenar con el tomate porque doblaremos ese borde de masa hacia adentro, cerrando, así, la tarta.

Batiremos un huevo y con ayuda de un pincel pintaremos la masa con huevo.

Introduciremos el molde, de nuevo, en el horno (que habremos dejado caliente a 180°C) y lo mantendremos unos 30 minutos, aproximadamente. Depende de cada horno, pero cuando veamos que la masa está dorada, sacaremos la tarta del horno.

Desmoldamos la tarta y la rociaremos con aceite de oliva virgen extra.

Por último, picaremos albahaca fresca y la espolvoreamos sobre la tarta.

Podemos servirla caliente o templada, según nos apetezca.

Ingredientes para cuatro personas

1 lámina de masa brisa

5 o 6 tomates pera

Aceite de oliva virgen extra

Sal y pimienta

Albahaca fresca

1 huevo