Alguna vez ya he comentado que me costó mucho cogerle el gusto a las ensaladas y que, por ese motivo, intento, siempre, que sus complementos sean apetecibles. Entre la gran variedad de ensaladas, ésta es una de mis preferidas.

Es un plato contundente y calórico, adecuado para tomar como plato único, ya que el queso de cabra aporta las proteínas que necesitaríamos como segundo plato.

Es una ensalada de contrastes.  El frío de la lechuga contrasta con el caliente del queso de cabra y el sabor salado del queso de cabra contrasta con el dulce de la miel.

Su elaboración es rápida y sencilla. Simplemente, colocaremos en el plato la ensalada mezclum y los tomatitos cherry cortados a rodajas.

Por otro lado, tostaremos una rebanada de pan. Una vez tostada, colocaremos encima la rueda de queso de cabra y la introduciremos en el gratinador del horno, hasta que quede el queso quede dorado.

Colocaremos la tostada con el queso encima de la lechuga. Esparciremos frutos secos por la ensalada. A mi me gustan las nueces, las pipas de girasol y de calabaza y las pasas.

Regaremos con un buen chorro de miel. Salaremos y regaremos con aceite de oliva virgen extra.