Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que me gusta la comida de color rojo o que, aunque no predomine, por lo menos, contenga este color. Supongo que tendrá alguna explicación, pero, francamente, prefiero no saberlo.
Me parecen platos visualmente atractivos y, como ya he dicho en alguna ocasión, soy de las que piensa que la comida entra por los ojos.
Hoy os presento una forma diferente de disfrutar de la tradicional Vichyssoise. Es una crema que, normalmente, se toma fría, aunque a mí, personalmente, me gusta, tanto fría para el verano como caliente para el invierno.
En una olla profunda, ponemos mantequilla a derretir. A continuación, añadiremos los puerros cortados a rodajas y dejaremos que se pochen durante cinco minutos. Seguidamente, añadiremos la patata pelada y cortada también a rodajas. Lo dejaremos cinco minutos más.
Lo siguiente será cortar a cuartos los tomates maduros e incorportarlos a la cazuela. Removeremos y rehogaremos durante cinco minutos. Salaremos. Añadiremos un par de vasos de agua y dejaremos hirviendo durante 30 o 40 minutos.
Transcurrido este tiempo, pasaremos la sopa por la batidora eléctrica hasta que nos quede una crema fina. Si todavía la queréis más fina, se puede pasar por el chino o el pasapuré.
A a hora de servir, picaremos unas hojas de menta fresca y espolvorearemos por encima.
Ingredientes para 4 personas
Mantequilla (1 cucharada sopera)
2 puerros
1 patata grande
1 kg de tomates maduros
Sal
Menta fresca
me gusta. Muy refrescante
Me gustaLe gusta a 1 persona