Las acelgas nunca han sido santo de mi devoción, aunque me obligo a tomarlas, de vez en cuando, debido a sus buenísimas propiedades nutritivas. Las acelgas son ricas en betacarotenos, componente que, una vez dentro de nuestro organismo, se transforma en vitamina A. Y esta vitamina A tiene multiples beneficios, tales como fortalecer nuestro sistema inmunológico, ayudándonos frente a enfermedades infecciosas del sistema respiratorio, como la sinusitis, la bronquitis, la faringitis, etc… que nos acechan en estos días en los que empieza a hacer frío. Además, son muy buenas para mantener el buen estado de nuestro cabello y uñas. Por todo ello, procuro tomar acelgas, eso sí, preparándolas de alguna manera que las haga algo más atractivas que hervidas simplemente.
Hoy las prepararé en lasaña. Y al vapor, ya que así mantendrán mejor sus propiedades. El proceso es el siguiente:
Picaremos un ajo y media cebolla muy finos. En una cazuela honda, con un poco de aceite, pocharemos el ajo y la cebolla, teniendo la precaución de que el ajo no se queme.
A continuación, añadiremos las acelgas y taparemos la olla. A fuego medio, dejaremos que las acelgas se hagan al vapor, durante unos 15 minutos, aproximadamente.
Mientras se van haciendo las acelgas, iremos preparando las placas de lasaña. Como siempre, yo utilizo las precocidas, ya que no hay que hervirlas y su preparación es más fácil y rápida. Introduciremos las placas de lasaña en un recipiente con agua muy caliente y las dejaremos sumergidas unos 10 minutos hasta que se ablanden. Las iremos moviendo de vez en cuando para que no se peguen unas a otras. Transcurrido este tiempo, las colocaremos sobre un paño y las secaremos colocando otro paño encima.
Por otro lado, deberemos preparar la bechamel. Para ello, pondremos una cucharada sopera de mantequilla y calentaremos. Cuando esté derretida, incorporaremos la harina y con una varilla metálica removeremos para mezclar bien los dos ingredientes, hasta que nos quede una masilla marrón claro sin grumos. Será entonces el momento de ir incorporando, poco a poco, la leche. No dejaremos de remover en ningún momento. Veremos cómo la leche se va espesando. Salaremos. Seguiremos removiendo hasta que logremos la textura deseada. A mí, personalmente, me gusta espesa.
Ahora procederemos a montar la lasaña. Para ello, simplemente, colocaremos las placas de lasaña en una bandeja apta para el horno, que previamente habremos untado con aceite. Encima de las placas, dispondremos las acelgas y encima de éstas, un poco de bechamel. Así sucesivamente, montaremos tantos pisos como queramos. La última capa será de acelgas. Verteremos la bechamel y espolvorearemos con queso emmental rallado. Evidentemente, puede ser cualquier otro tipo de queso, pero el emmental funde muy bien.
Introduciremos en el horno, en la función de gratinar, y lo mantendremos hasta que el queso se haya fundido y quede dorado.
Ingredientes para 4 personas
900 grs. de hojas de acelgas
1 ajo
1/2 cebolla
Queso rallado emmental
8 placas de lasaña precocida
Para la salsa bechamel:
1 cucharada sopera de mantequilla
40 grs. de harina
1/2 litro de leche
Sal
Original receta y una buena forma para comer la triste acelga. La haremos. Gracias por facilitarnos tantas y tan variadas recetas
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Marien, estoy totalmente de acuerdo contigo. Las acelgas son muy tristes. Por eso, hay que intentar darles un poquito de alegría. Gracias por seguir este blog.
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Madre mia, en cuanto te despistas tienes platos buenisimospara toda la semana . Que bien!!!!!
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