Este es uno de mis platos favoritos. Y es una buena solución para una cena con amigos, ya que su elaboración es muy sencilla y el resultado espectacular.
En esta ocasión lo he preparado con solomillo de cerdo, pero, evidentemente, puede prepararse con solomillo de ternera. Todo dependerá de la ocasión y del bolsillo de cada uno.
En una sartén antiadherente, con muy poco aceite y muy caliente, marcaremos el solomillo. Nos interesa simplemente sellarlo, de manera que por fuera quede hecho y crujiente pero por dentro esté totalmente crudo, ya que se terminará de hacer, con posterioridad, en el horno. Por ello, el paso por la sartén será rápido. Salaremos en este momento. Una vez sellado, lo reservaremos.
Extenderemos la masa de hojaldre y, con un tenedor, la pincharemos para que al introducirla en el horno no se deforme y se rompa. Es más cómodo utilizar las placas rectangulares, aunque si tenemos una redonda, también puede aprovecharse.
A continuación, colocaremos el solomillo en el centro de la placa de hojaldre. Cortaremos el foi en láminas gruesas y cubriremos totalmente el solomillo.
Cerraremos el hojaldre, asegurándonos de que queda bien sellado y lo pintaremos con huevo batido con la ayuda de un pincel para que nos quede brillante.
Lo introduciremos en el horno a 200 º y esperaremos a que el hojaldre esté tostado.
Lo retiraremos del horno y lo cortaremos. Lo serviremos acompañado de compota de manzana.
Para elaborar la compota de manzana, utilizaremos 3 manzanas peladas y troceadas. Las introduciremos en una cazuela con el zumo de 1/2 limón y un chorrito de agua. A fuego medio, y removiendo de vez en cuando, esperaremos a que la manzana esté tierna y se deshaga. La pasaremos por la batidora y ya estará lista para servir de acompañamiento a nuestro solomillo.
Ingredientes para 4 personas
1 solomillo de cerdo
Aceite
1 rodaja de foi
1 lámina de hojaldre
1 huevo batido
3 manzanas
Zumo de 1/2 limón