Receta ideal para días de mucho frío, en los que necesitamos comer algo que nos haga entrar en calor y no nos apetece meternos en la cocina mucho rato. Rápido, sencillo, sabroso, y sobretodo, muy calórico. Pero un día es un día.
El proceso de elaboración requiere de pocas explicaciones. Aun así, vamos a ello.
Pelaremos las patatas y las pondremos a cocer en agua con sal hasta que estén tiernas. Nos interesa que queden bien cocidas pero que no se deshagan, ya que, posteriormente, las tendremos que laminar.
Cortaremos el queso camembert en láminas horizontales, de manera que cada lámina quedará en forma circular.
En una fuente apta para el horno, colocaremos tantos aros metálicos como raciones vayamos a preparar y procederemos a rellenarlos. Iremos colocando, por pisos, las láminas de patata y de queso camembert. La última capa será de patata.
Por último, añadiremos queso rallado emmental.
Introduciremos la bandeja con los aros en el horno, en la función de gratinar. Cuando el queso emmental se haya fundido y esté dorado la retiraremos del horno.
Colocaremos cada aro en un plato y desmoldaremos. Comeremos inmediatamente.